viernes, junio 22, 2007

Tiempo de Silencio. Rompo el silencio



¡Hola de nuevo, fieles lectores! Antes de nada, os quiero pedir perdón por tardar tanto en escribir otro artículo. Lo segundo, daros las gracias por esperar y seguir leyendo mis escritos. Aunque yo lleve tiempo en silencio, vosotros habéis seguido escribiendo vuestros comentarios. Como siempre, ¡han sido muy gratificantes!

Un minuto de silencio. ¿Silencio? Una palabra que produce tranquilidad, aunque el mío…

Mi silencio me inquieta. Interrumpo de nuevo vuestra parsimonia para hablaros de MI SILENCIO. Silencio que he mantenido a lo largo de mi vida, y que ahora, después de tantos años, quiere salir. Por desgracia, ya es demasiado tarde.

SILENCIO al callar por no decir lo que realmente pienso…

Si pudiera volver atrás, no callaría algunas de las cosas que he silenciado siempre. Nunca expresé mis sentimientos hacia mi madre. ¡Nunca le dije que la quería! Eso no quiere decir que no la quisiera, lo que pasa es que nunca se lo decía. Pero lo pensaba, y tanto que lo pensaba…

Ella lo sabía, porque yo se lo demostraba cada día. En cada uno de mis actos, yo reflejaba mi amor hacia ella. Las personas dicen que uno no es lo que dice, si no lo que hace. En mi caso es cierto. Ahora me arrepiento de haber mantenido mis sentimientos en silencio. Ya no puedo decirle lo que la quería, y la sigo queriendo. Ahora ya no la tengo aquí a mi lado. Pero sé, que desde algún sitio ella escucha como se lo digo cada día de mi vida: ¡MAMA TE QUIERO!

SILENCIO al callar por miedo a decidir y variar lo que piense la otra persona…

Otro de los silencios que he guardado siempre, ha sido comerme los “marrones” yo solo. Nunca se los he explicado, ni explico, a nadie. Cuando tengo un problema, me como la cabeza yo solito. No me gusta tener que contárselo a nadie. No quiero que las personas se preocupen. Seguro que intentan darme consejos. Pienso que depende de lo que sea, nadie te puede dar un buen consejo. Uno tiene que vivir las cosas, porque por mucho que la otra persona lo sienta en el alma, si no lo vive, no creo que te pueda aconsejar. Te podrá dar buenos consejos, no digo que no, pero no sé si serán los adecuados.

Mucha gente dice que no me quiero mucho, ya que me guardo los problemas para mí. Además, cuando alguien tiene un problema intento ayudarlo como pueda. He llegado a comerme el marrón de otros para evitar que no les pasará nada y para que no pensaran que era un “mangante”. Como yo ya tenía la fama, pues que más me daba. Esas cosas nunca se las digo a nadie. Hay momentos, cuando estoy a solas, que las pienso. Me da rabia que las personas no se den cuenta de lo que has hecho por ellas sin que te hubieran pedido nada. Por mí, nadie lo hace. Aunque yo, nunca le pido nada a nadie. Como he dicho antes, prefiero superarlo a mi manera. Si alguien, algún día, diera la cara por mí en lo que fuera, yo me daría cuenta. La verdad es que siempre le estaría agradecido.

Aunque hoy esté escribiendo sobre este silencio, sé que no va a cambiar nada. Yo siempre seguiré igual y sentiré compasión por el que yo crea que se la merezca.

SILENCIO al callar sentimientos que uno siente hacia otra persona por miedo a no escuchar lo que uno quiere oír…

Es uno de los silencios más habituales. Creo que puede sucederle a cualquiera. Para mí, es uno de los más “chungos”. Digo esto porque por ejemplo: ¿a quién no le ha gustado una persona y no ha sido correspondida?

Hay veces en las que te gusta alguien y no sabes el porqué. Solo sabes que te gusta. Quizá tú sabes que es imposible. No sé, por edad o por cualquier otra cosa. Tal vez la otra persona tiene pareja, o simplemente eres tú el que piensa que es imposible. Por ese motivo te callas y mantienes el silencio.

A veces es bueno mantener silencio, pero otras veces, es mejor decir lo que uno siente. Pero, ¿quién no tiene miedo a decirlo? Puedes tener un amigo o una amiga con el que te lleves muy bien y sin darte cuenta, te acabes enamorando. Cuando pasa eso hay que tener cuidado. En esos momentos, cualquier cosa la puedes malinterpretar, precipitarte, y cagarla.

Tal vez, a la otra persona le caes muy bien y te cuenta sus problemas. Puede parecer que actúe como si le gustaras, pero en realidad solo te aprecia mucho como amigo o como amiga. Piensa, que según lo que tú le dijeras, podrías estropear esa relación de amistad. Aunque la otra persona dijera que no pasa nada, que todo va a seguir como antes, eso es mentira. ¡Eso es imposible!

Si de verdad es tu amigo o amiga, cuando esté contigo, intentará actuar de otra manera para que no volvieras a “cagarla”. Todo esto hace que te vayas distanciando de esa persona. Lo que al principio parecía que podía ser una bonita relación, puede acabar por casi ni hablaros.

Por eso, hay que tener cuidado y estar muy seguro de lo que se va a hacer. Pero por otra parte, si no te arriesgas, nunca sabrás si la relación hubiera funcionado.

No sé, cada uno elige si mantener silencio, o no. Pero una cosa está clara, si la persona que te gusta tiene pareja, es mejor mantenerse al margen. Creo que la otra persona tiene que ser la que dé el primer paso. Si lo das tú, te arriesgas a poner en peligro su relación de pareja. Eso no es aconsejable, ya que lo que tú sientes puede ser solo un capricho. Podría ser que le hicieras romper su relación por ti, y luego tú no estar con él o ella. Entonces si que puedes pensar, que esa persona y tú, ya no volveréis a ser íntimos amigos nunca más.

Con esto quiero decir que si la persona que te gusta, tiene pareja, mejor mantente en silencio. Si no estás seguro de que sienta lo mismo que tú, tres cuartos de lo mismo: silencio.

Bueno mi gente, espero que os guste mucho mi nuevo artículo. Sé que he tardado bastante en volver a escribir. Por ese motivo, el nuevo artículo es bastante largo.

Lo he hecho sobre el silencio, porque el otro día… Estaba en mi celda, era de noche y miraba por la ventana… Con la música que tenía puesta, pensaba en el silencio que había fuera. En ese momento no parecía que estuviera preso. Entonces pensaba en la gente que sigue ahí fuera y lo que deben pensar de esto.

¡La realidad es que estar preso te paraliza la vida! Es como estar en silencio… o, como decimos mucho nosotros: “apagado o fuera de cobertura y hasta que no salga no me volverán a encender. ¡Espero que sea pronto! Os dejo un dibujo de mi hija que yo creo representa un poco el silencio: parece un día tranquilo y además que es de mi hija (y aunque no lo representara también lo pondría) Hasta la próxima.

DUE

viernes, junio 01, 2007

La sensación de volver a pisar calle

Cuando una persona está demasiado tiempo sin saber lo que es estar en el exterior, y sale por primera vez, siente muchas sensaciones. Para algunas personas resulta un problema, ya que no saben como desenvolverse.

Bueno, voy a contarles lo que yo he sentido en estos últimos meses que he visto la calle otra vez.

Después de cuatro años de reclusión, cuando sales al exterior, te sientes desubicado y raro. Todo eso mola por unos instantes, ya que desconectas. Por un momento te olvidas de todo lo que te ha pasado y te sientes genial, pero de todos modos no sabes que hacer. A veces, no sabes como empezar a relacionarte con la gente y cuesta un poco. Después, con ayuda de las personas que están a tu alrededor, te desinhibes y empiezas a desenvolverte un poco más. A medida que vas saliendo, te vas habituando a la calle, pero cuando te toca entrar de nuevo, sientes impotencia. Te das cuenta que no puedes estar con los tuyos, que son los que realmente lo pasan mal. Yo también lo paso mal, pero ya estoy más resignado. Estoy más mentalizado de lo que está bien y de lo que me conviene a mí y a los míos.

Otra de las sensaciones que sientes cuando sales a la calle, es que tu familia te arropa con todo el cariño del mundo. Eres el centro de atención en todo momento. Hasta cuando estás en el lavabo, te sientes como un niño mimado.

Otra de las sensaciones es la de aceleración. Lo quieres hacer todo a la vez, pero sabes que no tienes tiempo. Eso hace que te agobies y te rayes un montón, aunque luego te calmas y piensas que no hay ir con prisas. De momento lo que debo hacer es disfrutar.

Tratamos de hacer que el tiempo sea más largo. Aprovechamos hasta el tiempo en el que deberíamos estar durmiendo. Cuando salimos, pensamos que todo el mundo nos mira porque saben que hemos estado en prisión. En realidad, es algo absurdo porque cuando estamos en la calle nadie te mira. Cuando te das cuenta, se te va toda la paranoia.

Las cosas que te pasan estando en la cárcel, te hacen reflexionar mucho. Sobre todo lo que más te ayuda es ver que tu familia está contigo. En realidad, ellos son los únicos que aguantan todo lo que nosotros hacemos.

A todas las personas del mundo que han estado en prisión, les quiero pedir que piensen en lo que quieren hacer con sus vidas. Han de saber que hay personas que esperan ilusionadas, que tienen ganas de que volvamos a su lado. Hay que brindarles las cosas buenas, tal y como les brindamos las malas en su día.
¡Reflexionen amigos!

Alex (El peke)